Oh musa fiel, de antaño inspiración,
que en días idos versos me dictabas,
en noches de silencio y de quietud,
cuando el alma en suspiros se alzaba.
Yace el tiempo entre sombras del ayer,
donde el laúd de Orfeo resonaba,
y en arcaicas praderas de ilusión,
las ninfas danzaban con gracia sagrada.
Oh, voz que en siglos pasados clamó,
por campos vastos de dorado trigo,
y en las riberas del Ebro fluyó.
Hoy vuelves a mí, en eco y en susurro,
trayendo memorias de un tiempo ido,
y en mi pecho despiertas lo que fué.