Como potro sin domar,
siempre de un lado para otro,
sin rumbo fijo, sin parar,
buscando algo que no encuentro.
El mundo es un laberinto,
donde me pierdo sin cesar,
y cada paso que doy es un intento,
de encontrar la salida, el lugar.
Pero el camino es sinuoso,
lleno de trampas y peligros,
y yo, como potro impetuoso,
caigo una y otra vez en los abismos.
¿Dónde está la luz que guíe,
mi camino en la oscuridad?
¿Dónde está el amor que calme,
mi corazón en tempestad?
Como potro sin domar,
seguiré trotando sin cesar,
hasta encontrar el destino,
donde mi alma pueda descansar.