En el lienzo de la vida,
pinta el arte su verdad,
mas el alma en su maldad,
deja a veces una herida.
La obra queda erguida,
con su brillo y su color,
pero el creador, con dolor,
puede ser contradictorio,
y aunque su arte es notorio,
su ser no siempre es amor.
El talento es un misterio,
que no entiende de moral,
puede ser un bien cabal,
o un oscuro cautiverio.
El arte es un hemisferio,
que al mundo viene a mostrar,
y aunque pueda iluminar,
no redime a quien lo crea,
pues la ética no se vea,
en lo que puede expresar.
Es difícil la balanza,
de juzgar por separado,
el genio que ha creado,
y su vida en semejanza.
El arte es la esperanza,
de un mundo más inspirado,
pero el hombre, en su pecado,
puede ser contradictorio,
y aunque su arte es notorio,
su ser no siempre es amado.
En museos y teatros,
vemos obras inmortales,
más sus autores, mortales,
tienen sombras y maltratos.
El arte es un contrato,
con la belleza y la verdad,
mas el hombre, en su maldad,
no siempre sigue el camino,
y aunque su arte es divino,
su vida es otra realidad.