Ruido ensordecedor de caracolas
El viento desenvuelve su canto en la ribera,
las olas desgarradas retumban en la arena,
un grito milenario resuena en su quimera,
caracolas rugientes con furia y con pena.
Los mares se estremecen en sombras abisales,
los dioses del océano se cubren con espumas,
las rocas solitarias devoran los corales,
y el trueno de la brisa sacude sus columnas.
Esquirlas de un naufragio resuenan en la costa,
susurros atrapados en nácares vacíos,
relámpagos de sal desbordan cada fosa,
sus ecos se confunden con cantos y con ríos.
Y el mar, en su locura, retuerce sus albores,
sus venas son de espuma, su pecho es de tormenta,
caracolas rugiendo cual fúnebres clamores,
el tiempo las recoge, las calla y las revienta.
