Siempre vence quien se atreve,
quien busca con valentía,
y no teme a la porfía,
pues el miedo nada mueve.
La pasión que el alma inflama
es un fuego que no cesa,
y la razón se profesa
cuando el corazón reclama.
Quien su deseo reprime
y su ánimo ha escondido,
sabrá que, por no atrevido,
el tiempo su amor le oprime.
En los ojos de la bella
mil respuestas se dibujan,
mas los necios nunca empujan
y se quedan sin la estrella.
Pues quien de amor algo espere
ha de ser decidido:
que el que no es entremetido
de necio y cobarde muere.