A duras penas mi vista alcanza
Los versos, pletóricos de encanto.
Tras cada sílaba, una danza
De letras, un enigma que espanto.
Con ellas, vuelvo a leer de nuevo,
Descubriendo secretos ocultos.
En cada sílaba, un relevo
De emociones, sueños y tumultos.
Las letras bailan, se entrelazan,
Formando palabras con sentido.
Elevan el alma, la embellecen,
Haciéndola vibrar con un gemido.
Gracias a ellas, la expresión fluye,
Las ideas cobran vida y vuelo.
Ellas iluminan, no destruyen,
Llenando el mundo de consuelo.
¡Oh, letras mías, fuente de encanto!
Con vosotras, mi verso se engrandece.
En cada poema, en cada canto,
Vuestra magia mi espíritu enaltece.