Reaprendiendo los versos del ayer
Reaprendiendo los versos del ayer,
como un río que insiste en su cauce,
vuelvo al eco dormido en la piel,
al perfume escondido en el aire.
Los caminos que el tiempo borró
se despiertan de nuevo en mi sangre,
como lluvia que nunca cayó
pero empapa mis labios al arte.
El olvido tejió su disfraz
con las sombras de todos mis nombres,
pero un verso perdido quizás
se aferra a mi voz y responde.
Reaprendo el instante y su luz,
la caricia de un día cualquiera,
y entre páginas rotas de azul
canta un alma que nunca se fuera.
