¿Qué he de hacer, cariño,
sino lo que siempre hago?
Amarte con el alma,
con la vida, cada trazo.
Con el corazón ardiente,
con cada latido mío,
te juro que te quiero,
con un amor sin desvío.
Aunque el mundo se derrumbe,
y todo se haga añicos,
mi amor por ti será eterno,
como el canto de los pájaros.
No hay nada que pueda hacer,
sino seguirte amando,
hasta que el tiempo se detenga,
y el universo deje de vibrar.
Te ruego, mi amor, no dudes,
de este amor tan profundo,
que te daré cada día,
hasta que el mundo sea redondo.