En la quietud de la tarde
se deslizan las sombras,
un susurro de hojas
que acaricia el alma.
El tiempo se detiene,
como un pájaro en vuelo,
y el silencio se llena
de historias nunca dichas.
La luz dibuja caminos
en el rostro de la tierra,
y el viento canta
su canción eterna.
En cada latido,
el universo se revela:
somos polvo de estrellas
buscando su hogar.