La poesía es un velo de niebla sutil,
un eco que danza en el alma callada,
es hilo de oro, susurro febril,
es canto y latido de estrella velada.
Esconde en su pecho lo nunca dicho,
lo que en la garganta se vuelve un temblor,
teje en su trama el más leve hechizo,
con hilos de sombra, con luces de amor.
Envuelve lo inerte, lo puro, lo esquivo,
lo torna en susurro de mar y de viento,
es lengua de siglos, latido furtivo,
mirada que guarda un mundo en silencio.
Porque hay cosas hondas que escapan del verbo,
que viven en pliegues de un verso escondido,
la poesía es refugio, es tacto, es desvelo,
envoltorio sagrado de lo no entendido.