En el jardín sereno de la calma,
donde el susurro del viento es canción,
la paz despliega su dulce canción,
y en su abrazo se aquieta toda el alma.
Bajo el cielo azul, sin pena ni alarma,
las estrellas murmuran su lección,
y el corazón, libre de la aflicción,
encuentra en el silencio su gran palma.
En el río que fluye sin esfuerzo,
las aguas llevan sueños de armonía,
y el mundo entero se siente diverso.
En ti dulce paz hallamos melodía,
un refugio de amor siempre inmerso,
en cada instante, eterna poesía.