En el amanecer de un nuevo día,
agradezco la luz que me guía,
los sueños vividos, las risas compartidas,
los abrazos sinceros y las almas unidas.
Cada año es un regalo, un lazo dorado,
un camino recorrido, un amor renovado.
Las lecciones aprendidas, los retos enfrentados,
cada paso un susurro, cada tropiezo, un legado.
Celebro las historias que el tiempo ha tejido,
los momentos sencillos que el corazón ha querido.
Gracias por las manos que siempre han estado,
por los ojos que brillan, por el amor entregado.
Hoy levanto mi voz, un canto a la vida,
por cada nuevo año, por cada despedida.
Que vengan más risas, que el sol siga brillando,
gracias por otro año, por seguir soñando.