Hay un murmullo antiguo
que se oculta en la piel del viento,
una herida sin rostro
latente en cada silencio.
Hay un suspiro roto
en la entraña de la tierra,
una sombra que persiste
donde el tiempo se desvela.
Mírame en la penumbra,
donde el ayer se deshace,
donde mi voz es tu eco
y mi dolor es tu cárcel.
Hay una verdad callada
en la sangre de la historia,
un latido que se aferra
a la sombra de la gloria.
Dame tu abrazo de arena,
déjame ser lo que fuimos,
porque en la raíz del alma
somos todos lo perdido.