Oh, arcángel Miguel, guerrero celestial,
tu rayo azul, poderoso y divinal,
ilumina mi ser con tu sagrada luz,
disipando las sombras, dándome tu cruz.
Con tu espada de fuego, espléndida y brillante,
vences a las tinieblas, eres un guerrero triunfante.
Tu manto azul, como el cielo en plenitud,
me envuelve con tu gracia y santa virtud.
Invocar tu presencia es mi ferviente anhelo,
pues tu rayo azul me protege del mal y el duelo.
Purifica mi alma, líbrame del pecado,
que tu poder divino me tenga resguardado.
Arcángel Miguel, poderoso y valiente,
guíame con tu luz, tu fuerza es imponente.
Que tu rayo azul disipe mi confusión,
y me dé la fortaleza para mi misión.
Que el fulgor de tu espada celestial
ilumine mi camino, ¡oh, Miguel inmortal!
Bajo tu manto azul, yo me arrodillo y rezo,
implorando tu amparo, tu ayuda y tu beso.