En la noche estrellada, bajo un manto de oscuridad,
Persiguiendo Perseidas, en busca de su claridad.
Las estrellas fugaces cruzan el vasto firmamento,
Dejando estelas brillantes en su fugaz momento.
Sus destellos fugitivos, como sueños que se van,
Nos invitan a soñar y a creer en lo divino y celestial.
Cada Perseida es un suspiro del universo en movimiento,
Un recordatorio de la belleza efímera en el firmamento.
Con ojos llenos de asombro, levanto la mirada al cielo,
Esperando el destello fugaz, el regalo del anhelo.
En cada estrella que cae, encuentro un deseo en mi corazón,
Un anhelo profundo, una esperanza en constelación.
Las Perseidas nos enseñan que la belleza está en el vuelo,
En la fugacidad de la vida, en cada suspiro que desvelo.
Nos recuerdan que somos parte de un vasto universo,
Y que en cada instante, podemos encontrar nuestro verso.
Persiguiendo Perseidas, me pierdo en la inmensidad,
Dejo que su brillo efímero llene mi alma de serenidad.
Y aunque sus destellos se desvanecen en la lejanía,
Su magia perdura en mi ser, cada noche y cada día.
Bajo el cielo estrellado, persigo las Perseidas,
Buscando en su fugacidad la respuesta an mis heridas.
En su breve resplandor, encuentro consuelo y verdad,
Y en cada estrella fugaz, renuevo mi fe en la eternidad.