¿Amor, cuál es tu embriagante perfume?
¿Dónde moras, en mi alma marchita?
Te anhelo en cada onda del viento asume,
Encendida pasión que mi ser incita.
Cuando te invoco, mi alma renace,
Cual flor que en primavera exhala dulzor.
Tus palabras, versos de sublime gracia,
Reverdecen mi ser con efervescente ardor.
Tu presencia es un bálsamo curativo,
Que alivia las heridas del corazón.
Te busco en cada suspiro fugitivo,
En cada latido que aviva mi emoción.
Amor mío, eres el elixir de mi vida,
La fragancia que impregna mi existir.
En tus brazos encuentro paz y acogida,
El anhelo eterno que me hace revivir.