Perdón, lo intenté y fallé
Perdón, no supe estar a la altura,
quise hacerlo bien, pero no bastó.
Creí que amarte era suficiente,
y en el camino olvidé quién eras tú.
Lo siento por las veces que esperaste,
por las noches donde el frío te ganó,
mientras yo, perdido en mis silencios,
no supe decirte ni un “aquí estoy”.
Perdón por las promesas rotas,
por los días que se quedaron a medias,
por no sostener tus dudas ni tus sueños
cuando más necesitabas certezas.
Quise ser tu refugio, tu paz,
pero terminé siendo un huracán,
arrastrando lo nuestro al abismo,
dejándote sola en mitad del mar.
Lo siento por no saber escucharte,
por creer que tenía todas las respuestas,
cuando lo único que querías
era que caminara contigo, sin vueltas.
Perdón por las heridas que dejé,
por los recuerdos que duelen en tu piel.
Nunca quise lastimarte así,
pero el amor se me escapó sin querer.
Lo intenté, lo juro, con todo mi ser,
pero al final, no fui lo que merecías.
Y aunque me duela soltar este adiós,
sé que ahora te toca buscar tus días.
Si un día recuerdas lo bueno de mí,
guárdalo como un faro en la distancia.
Y aunque ya no esté para verte brillar,
sabré que fui parte de tu esperanza.
Perdón, lo lamento por lo que no fui,
por lo que nunca pude lograr.
Pero, por encima de todo, gracias,
porque contigo aprendí a amar.
