En el vaivén de mis pensamientos s… Abrazos de letras que en silencios… Palabras y versos que buscan su ca… Como ríos que fluyen buscando el d… Escribo para dar voz a lo que call…
Que quede mi voz cuando yo ya no e… una huella leve, un eco en el aire… Las palabras pasan, se borran, se… pero tal vez una logre quedar. No busco la gloria, ni el brillo,…
Mi brújula, certeza en el andar, Mi melodía, canción de mi alma, Norte siempre en mi pecho morar. Mi poesía, palabras que fluyen cal… Emanando emociones, cual brisa pal…
A la puerta llegó la orden sellada… con letras frías de un juez implac… como una sentencia dura y callada que aplasta al pobre, sin ser favo… El hombre miraba con manos vacías,
Cada segundo, si lo vives de verda… Serán momentos de inmensa felicida… Juntos recorreremos caminos sin fi… Descubriendo secretos que el tiemp… En el alba, tus ojos serán mi sol,
Al filo del otoño, cuando el sol d… la tierra da sus frutos en cálido… El aire lleva aromas de harina y d… y el fuego del hogar resplandece e… Reunidos en la mesa, se alzan las…
En la brisa del atardecer, fugaces momentos se mecen. Suspiros que llegan a florecer, instantes que la vida ofrece. Destellos de luz que se escapan,
El día se duerme entre luces cansa… y la luna, discreta, asoma su piel… Las palabras se escurren, fugaces, como el agua que corre sin volver. Los recuerdos se sientan a la mesa…
Es la paciencia un arte de la vida… un río que se calma en su fluir, el pulso que se aprende a conducir y encuentra en su cauce la salida. El tiempo, con su mano tan medida,
Se nos hizo fácil, mi cielo, desaf… Retarlo a duelo de versos, de cari… Confiados en nuestro fuego, ardien… Creímos que no habría límite, ni f… Mas hoy, el viento del tiempo nos…
Por los montes van los jarales, verdes, altos, bien plantados, con sus ramas enredados, bajo el sol y sus cristales. Los recorre el viento suave,
Tu amor, cual fuego que arde con f… Ha hecho florecer mi corazón dormi… El tiempo pasa, pero nuestro idili… No mengua, sino crece con ardor. Nuestras almas entrelazadas, un te…
Como el rocío en la mañana, Un regalo fresco y puro, La esperanza humana florece, En hojas tiernas, verdes y puras. El sol brilla sobre su serena,
En el jardín de mi alma, florecen versos sin prisa, en busca de tu sonrisa. Césped de ilusiones tiernas, aromas a esperanzas lejanas,
Aún no hay verso escrito en proeza… Que entienda el enigma que encierr… No hay melodía que en su nobleza, Celebre la gracia que destierra. Ni lienzo ni pincel con destreza,