Serendipia Encantadora
Fue una tarde de primavera cuando nuestras miradas se cruzaron en el parque. Yo había ido a leer un libro bajo la sombra de un árbol, y tú parecías estar perdido, buscando algo. Nuestros ojos se encontraron y fue como si el mundo a nuestro alrededor se detuviera. En ese instante, supe que habías llegado a mi vida por alguna razón.
Nos saludamos tímidamente y pronto entablamos una conversación. Descubrimos que teníamos mucho en común: los mismos intereses, los mismos sueños. Hablamos durante horas, riendo y compartiendo nuestras historias.
Cuando el sol se puso, no queríamos que esa tarde terminara. Intercambiamos números de teléfono y quedamos en volver a vernos. Desde entonces, nuestros encuentros se volvieron más frecuentes. Poco a poco, esa conexión inicial se fue transformando en un vínculo cada vez más profundo.
Hoy, años después, puedo decir que ese casual encuentro en el parque fue el inicio de algo maravilloso. Tú eres la persona que cambió mi vida, la que me enseñó a ver el mundo de una forma distinta. Nuestra serendipia de amor sigue creciendo y fortaleciendo con cada día que pasa.
