En el susurro del viento,
las hojas cuentan secretos,
historias de un tiempo perdido,
donde el amor florecía en cada rincón.
La luz se filtra entre los árboles,
pintando sombras danzantes,
y en cada paso, un eco,
un latido que resuena en el alma.
Las palabras se deslizan suavemente,
como el agua que acaricia las piedras,
y en la brisa, tu nombre,
un canto que nunca se apaga.
Voy tejiendo recuerdos,
con hilos de nostalgia y sueños,
bajo el cielo que abraza la tarde,
donde el horizonte se funde con mi anhelo.
Y en la calma de este instante,
mi corazón se hace verso,
y en cada latido, una promesa,
de que siempre habrá un nuevo amanecer.
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