En las noches profundas del alma,
donde el silencio susurra su canto,
las sombras danzan, el tiempo es quebranto,
y la luz se disipa, tenue y calma.
Los sueños emergen, la mente se ensalma,
en un juego de ecos, volando alto.
Los recuerdos flotan, en un instante,
tejiendo nostalgias que el corazón llama.
En la penumbra, el deseo despierta,
las palabras no dichas se hacen canto,
y el amor, como brisa, suave y cierta.
En negra noche, el espíritu, quebranto,
se encuentra en su esencia, alma abierta,
buscando el consuelo en lo que fue tanto.