No creo lo que Veo!
No creo lo que veo, ¡gran farsa!,
políticos de lengua dorada,
prometen con voz endulzada,
y el pueblo en sus mentiras se embarca.
Con trajes y sonrisas se enmascaran,
ocultan tras lujos su vileza,
mientras crece su inmensa riqueza,
el pobre en la miseria se embarca.
La justicia se torna tan parca,
en esta comedia de tristeza.
Los medios nos venden ilusiones,
con noticias que son solo cuentos,
fabricando falsos movimientos,
y ocultando las grandes traiciones.
Nos hablan de grandes soluciones,
mientras llenan sus arcas de plata,
la verdad en la sombra se mata,
y el pueblo consume distracciones.
No creo lo que veo, ilusiones,
que en la mente del pobre se desata.
Banqueros que prometen progreso,
con intereses siempre ocultados,
roban sueños a los endeudados,
mientras ríen en su mundo espeso.
Nos dicen que el ahorro es un beso,
pero el crédito es una cadena,
que aprieta con fuerza y condena,
al trabajador honesto y preso.
No creo lo que veo, ni en eso,
de un sistema que siempre envenena.
La realeza, con su halo de pureza,
predica moral desde sus tronos,
pero en sus actos, tan pocos son buenos,
la hipocresía es su fortaleza.
Nos venden la fe con gran destreza,
mientras llenan sus arcas de oro,
y el pueblo, en su ciego decoro,
sigue creyendo en tanta promesa.
No creo lo que veo, certeza,
de un mundo que se hunde en el lodo.
