Debes permitirle a tu escritura fl… Dejarla crecer más allá de ti, obt… Que extienda sus alas y vuele alto… No la confines, deja que llegue a… Inspira palabras, frases que te gu…

Te lavé los calzones rotos, te curé la cruda y la flojera, y tú, en pago a mis desvelos, te fuiste con la taquera. No tienes ni dónde caerte,

Mejor una luz que alumbre fugazmen… que una oscuridad eterna sin consu… Más vale un sueño que no es perman… que resignarse a no tener un cielo… La esperanza, aun cuando sea incie…

Bajo un cielo de seda bordado en l… el cerezo desnuda su alma en pétal… lágrimas rosadas que el viento bes… y lleva al río como secretos de ab… Sus ramas son manos que abrazan el…

En la ciudad de los vivos, Un cronista se paseaba, Con su pluma y sus motivos, A la Muerte nunca temía. “¡Oh, Huesuda!”, le decía,

Si con imaginar mis fuerzas canso, ¿Qué será del dolor si lo imagino? El pensamiento solo es un abismo, Donde mi alma se pierde en el ocas… Mas si el dolor es real, su crueld…

Si tus ojos y el cielo se unieran, bordarían fulgores dorados, y en las horas de sueños callados, las estrellas su luz encendieran. Si mis labios tus labios bebieran,

En el seno de la ilustre sociedad, Anidan alimañas, feroces y dañinas… Que corroen su esencia con cruelda… Y empañan su luz con sombras mezqu… El egoísmo, cual bestia rapaz,

En la brisa suave del alba, la vida despierta en su danza, cada rayo de sol, una esperanza, un susurro de sueños que no acaba. Las risas y llantos se entrelazan,

Y la vida nos abandona, sin sentir más que el tiempo ir, llevándose el corazón. Tristes horas, desconsoladas, mientras el agua corre y no perdon…