¿Estás cansada? O solo cansada de mí,
de mi voz llamando en la sombra,
del eco de un sueño que ya no responde,
de este amor que se rompe sin ruido.
Tus ojos pesan, pero no de insomnio,
sino del hastío de verme llegar,
como quien regresa a un puerto vacío
donde las olas ya no quieren hablar.
Te miro y no encuentro la brisa de antes,
las palabras se quedan dormidas en ti,
y en cada silencio, en cada distancia,
me gritas sin voz que quieres partir.
Si es cansancio, descansa en mi ausencia,
si es desamor, dime la verdad,
porque duele más esta espera callada
que verte un día sin mirar atrás.