Eres luna en la alhambra,
fulgor de azahar en la noche,
morena de miel y canela,
suspiro de arena y derroche.
Tus ojos, dos pozos oscuros,
hechizan al viento y al sol,
y en tu risa baila el perfume
de un verso bordado en tu voz.
Reina mora, piel de sombra,
con labios de dátil y flor,
en tu andar resuena la historia
de un reino labrado en ardor.
Te vi entre las torres de plata,
con velo de estrellas y brisa,
y en cada latido del alba
te nombra mi alma sumisa.
Si el destino en su cruel sortilegio
nos lleva por sendas de hiel,
juro amarte en la sombra y el fuego,
mi reina, mi sueño, mi bien.