Mi muñeca es tan querida,
la cosió mi abuela un día,
con retazos de su vida,
y bordados de alegría.
Tiene ojitos de botón,
su sonrisa está pintada,
y en mi pecho, el corazón,
la abraza siempre encantada.
Cuando el viento la despeina,
yo le arreglo su vestido,
y aunque a veces está en pena,
su calor nunca se ha ido.
Es mi amiga más sincera,
mi tesoro más guardado,
y en las noches de quimera,
me susurra a su lado.