En el abrazo de la naturaleza,
se despliega un mar de hermosura,
donde cada rincón es pintura,
una sinfonía de pura belleza.
El sol derrama su luz con destreza,
acariciando campos y montañas,
las flores danzan en sus mañanas,
y los árboles susurran al viento.
Los ríos fluyen con dulce aliento,
brindando vida a cada ribera,
un espectáculo de puro encanto.
En esta exquisita sinergia altanera,
la naturaleza despliega su manto,
una belleza que en mi alma reverbera.