Memorias Atesoradas
Hoy mi mente recorre los campos del pasado,
Los valles y las cumbres donde gocé un día;
Evoco los recuerdos que allí se han albergado,
Las fuentes cristalinas, la espléndida armonía.
Revivo los momentos de dicha y de ventura
Que en esos sitios gratos logré disfrutar;
Las horas de reposo, la calma y la dulzura
Que lograba mi espíritu allí conquistar.
Contemplo los paisajes de plácida belleza
Que admiré tantas veces con íntimo fervor;
Las flores que brotaban lozanas en su alteza,
Las aves que cantaban con grato y dulce amor.
Escucho los susurros del céfiro amoroso
Que mece blandamente las ramas en flor;
El eco melodioso del rústico arroyo
Que arrulla con su canto mi pecho sin dolor.
Siento la brisa fresca que acaricia mi frente
Y lleva a mi membranza la dicha de otro ayer;
Percibo los rumores del campo floreciente,
La paz y la ventura que allí logré tener.
Mas luego, en un instante, se esfuman mis memorias
Y vuelvo a la existencia que hoy es mi vivir;
Entonces, ¡ay!, recuerdo con pena y con congojas
Que aquellos gratos tiempos no vuelven a venir.
