En las tierras de Bolívar, un régimen se alza,
Con puño de hierro y sonrisa falaz.
Maduro, el heredero de una revolución marchita,
Gobierna con decretos y pan escaso.
Cual Stalin tropical, en su reino de plátanos,
Silencia las voces que claman libertad.
La prensa amordazada, la oposición en exilio,
Mientras el pueblo hambriento busca dignidad.
Los estantes vacíos son su logro mayor,
La inflación galopante, su medalla de honor.
En esta república bananera reinventada,
El culto a la personalidad florece sin pudor.
¿Dónde quedó el sueño del libertador?
Sepultado bajo promesas incumplidas y terror.
Maduro, el Stalin del Caribe, persiste,
Mientras Venezuela, otrora próspera, resiste.