La poesía me sacude, sin duda,
la palabra puede ser un temblor,
una grieta abierta en la duda,
un latido que estalla en ardor.
Es un río que arrastra la pena,
es un viento que canta al dolor,
una llama que en sombras se quema
y en cenizas renace el amor.
Cada verso es un eco profundo,
un sismo que estremece la piel,
un abismo que ruge en el mundo
y un refugio en su mismo vaivén.
La poesía me sacude, despierta,
derriba mis muros de miedo y de ayer,
y en el caos de la tierra incierta
me enseña a nacer y volver a creer.