Con los años, se dice, llega el saber,
y el tiempo da razón y gran cordura;
mas hay quien, en su propia compostura,
olvida lo que nunca ha de entender.
Se visten de experiencia al pretender
saber del mundo y su vasta anchura,
pero en su orgullo, necia es su postura,
y el juicio queda lejos de su ser.
Son aquellos que nunca ven su yerro,
los que creen dominar cualquier destino,
con más voz que razón en su consejo.
Mas cuanto más camino hallan su encierro;
pues es del sabio un paso en su camino
saber oír, y no alzarse tan viejo.