En la bruma de Burgos, su andar es secreto,
morena de sombras, de fuego y de hiel,
no es del sur su cuna, mas quema su aliento,
su negra mirada desvela la piel.
La iglesia de piedra sus pasos vigila,
las calles de siglos murmuran su andar,
y en lienzo cautivo su alma se exila,
con luz y misterio que invitan a amar.
Julio la pinta con duende y con pena,
con labios callados de amarga pasión,
no es gitana errante ni dama serena,
es solo un enigma hecho de emoción.
Morena en Castilla, tan honda y ajena,
quedaste en el cuadro, latido inmortal,
ni el frío del norte ni el sol de la arena
podrán deshacerte de un sueño sin final.