La magia de la poesía
En las letras se dibuja,
como un hechizo escondido,
el sentir más encendido
que el alma entera refugia.
Un verso sutil se arrulla
en la sombra de la idea,
y al brotar, como marea,
nos invade y nos transforma;
pues la poesía conforma
la luz que al silencio vea.
Es conjuro en cada letra,
palabra que toma vuelo,
y es lucero en puro anhelo
que al corazón se penetra.
Es ave que se concentra
entre metáforas frías,
y va pintando alegrías
en los sueños del poeta,
que en rima su alma sujeta
para sanar sus heridas.
Es magia que nos conecta
a mundos que no han nacido,
a un amor desconocido
que la palabra detecta.
La poesía se proyecta
como espejo del latir,
y quien la aprende a seguir
se embriaga con su lumbre,
bebiendo en cada penumbre
el arte de revivir.
Es que la poesía vuela
más allá de lo real,
traza un puente celestial
que entre sueños nos consuela.
Es bruma, luz y candela,
noche que tiembla en los ojos,
y nos salva de cerrojos
que el silencio nos impone,
pues en cada verso pone
la llave de sus antojos.
