La Madre de Mi Querer
¡Ay, Madre de mi querer!
Luz del alba, rosa en flor,
eres canto, eres la vida,
eres puro corazón.
Cuando yo era pequeñita,
y la luna se escondía,
tu arrullo me daba amparo,
y el miedo se me dormía.
Con tus manos de jazmín
y tus ojos de lucero,
me tejiste un firmamento
con amor puro y sincero.
Cuando el hambre de la vida
quiso golpear mi sendero,
tú trajiste pan y abrigo
como un ángel justiciero.
En tu pecho hallé cobijo,
y en tus labios, bendición;
eres río de esperanza,
eres gloria y redención.
Hoy que miro los caminos
que tus pasos han dejado,
veo un campo de azucenas
que mi vida han perfumado.
Siempre fuiste la semilla
del amor más verdadero,
Madre mía, tu recuerdo
es mi faro prisionero.
¡Ay, Madre de mi querer!
Luz del alba, rosa en flor,
eres canto, eres la vida,
eres puro corazón.
