La luna se ha detenido
en el jardín de mi alma,
donde las flores de la noche
despiertan con suave calma.
Su luz plateada se desliza
sobre las sombras que duermen,
y las estrellas, como lágrimas,
caen del cielo que gime.
En este jardín de ensueño,
donde la luna es la reina,
mi corazón late con fuerza,
y mi alma se hace divina.
La noche es un manto suave
que me envuelve con su paz,
y la luna, con su mirada,
me habla de amor y de gracia.
En este instante de magia,
donde todo es posible,
mi espíritu se eleva,
y mi corazón es visible.
La luna en el jardín,
es un espectáculo divino,
donde la belleza y el amor
se unen en un solo brillo.