No necesito promesas de cielo,
ni juramentos bajo la luna,
tampoco flores ni largos versos,
solo tu mano que me acuna.
No busco pruebas ni desafíos,
no hay condición para que me quieras,
tu risa basta, tu voz sencilla,
y el brillo tierno que en ti florea.
Estás aquí, tan cerca, tan mío,
y en tu mirada encuentro la calma.
Eres verdad, amor sin mentiras,
la prueba viva que llena mi alma.