La amistad no es un refugio
La amistad no es un bálsamo ni un puñal,
no llega para endulzar ni para herir.
Es un río que avanza sin miedo al final,
un refugio que existe sin huir.
No siempre es risa, ni solo es llanto,
es la verdad que se atreve a decir,
la mano que empuja cuando hay espanto,
el eco que suena sin fingir.
Es un puente de sombras y luces,
donde el alma se aprende a ver.
No juzga, no teme, ni seduce,
solo elige quedarse y ser.
La amistad no está hecha para dar consuelo,
ni para ser un ancla en la tempestad.
No es un espejo que solo refleje
lo que queremos mirar.
No existe para darnos certezas,
ni para aliviar el peso del andar.
Es un fuego que arde sin promesas,
una verdad que no teme cambiar.
No pide permiso para quedarse,
ni justifica cuándo se va.
Solo camina a su propio paso,
sin cadenas, sin propiedad.
