Cada mañana, el cuaderno se abre como una ventana hacia el saber. Lápices danzan sobre el papel, trazando caminos de conocimiento. La mente, curiosa, se estira
Antes de arribar al muro, Me asusta el giro inseguro, El precipicio incierto, El vacío descubierto. Siento el frío en mis huesos,
La nieve cae, su rumbo es un vacío… sin más razón que el peso de exist… no busca huella, ni ansía un deven… sólo desciende, callada en su desv… El árbol mira, altivo en su albedr…
Tú eres el trueno, yo el rayo, estruendo que enciende la noche, eco profundo en mi pecho que arrasa el miedo y el reproche. Tú eres el trueno en la distancia,
Dime, hermano, dime, hermana, ¿es libre la mujer cuando calla su… Cuando el miedo aún pisa sus huell… cuando el techo de vidrio aún la a… Dime, ¿son suyos los días y las ca…
En Montargis se alzaron las torre… sus muros son memoria de un tiempo… El eco de sus salas, por el viento… susurra en las almenas un canto in… Las piedras, enlutadas por siglos…
Suspiros que se alzan en la brisa susurrante, acariciando las sombras con su arrullo vacilante. Frases que se disipan,
Je marche dans les rues sans but, Sans savoir où je vais, Errant comme une âme perdue Dans ce monde qui m’effraie. Je regarde les gens passer,
Amor, cruel ilusión, falsa esperanza de los débiles, engaño de siglos y tradición, que hace llorar a los libélulos. Tu eres la mentira más bella,
No florece verdad en palabras vací… ni en el halago que miente su inte… los ecos falsos mueren en la brisa… sin raíces en tierra, sin alma ni… Un clavel necesita del sol sincero…
Era Octubre, tarde nostálgica, Cuando el otoño suspiraba, Me dijiste 'te quiero’, una mágica Palabra que mi alma ansiaba. Abracé un cielo de dicha infinita,
Bajo la luna, murmullos callados, el aire suspira sobre tu pecho, se enreda el pulso en latidos osad… se funde el tiempo en un solo encu… Tus labios dibujan sendas de fuego…
Me da rabia que a la copla le cuelguen banderas frías, que la encierren en discursos que nunca fueron los suyos, que le pongan nombres viejos
En la tierra donde el hambre acech… Donde la alegría se marchita, Alzamos nuestras voces con fuerza, Para defender lo que nos pertenece… El pan, sustento de nuestros cuerp…
Ay, desgraciado, te di mi vida y mi quincena, y tú, con tu cara de santo, te metiste con la vecina morena. Decías que era tu reina,