Era Octubre, tarde nostálgica,
Cuando el otoño suspiraba,
Me dijiste 'te quiero’, una mágica
Palabra que mi alma ansiaba.
Abracé un cielo de dicha infinita,
Mientras tus ojos me miraban,
Se entrelazaron nuestras almas, bendita
Promesa de amor que el tiempo adoraba.
Recuerdo la brisa acariciando mi piel,
El aroma del campo, embriagador,
Tu voz, melodía que llenaba mi ser,
Resonando en mi corazón, encantador.
El sol caía, tiñendo de rojo el cielo,
Mientras nuestras manos se unían,
Sellamos nuestro destino con un anhelo,
En tanto el amor y la ternura fluían.