Emerge altivo, faro de la altura,
gigante noble en niebla suspendido,
un verde manto en vientos extendido,
cobija al tiempo con serena hondura.
Raíces hondas en la tierra oscura,
copa que abraza al cielo estremecido,
silente guardas lo jamás perdido,
y en ti resuena la paz que perdura.
Refugio del viajero y del ave,
guardián de noches bajo luna fría,
un sabio en ecos que la brisa sabe.
Tus anillos son tiempo y melodía,
la sombra en calma, el cobijo suave,
eterno canto en la naturaleza umbría.