En el jardín donde el oro brilla,
los dioses juegan, sombras de antaño,
con Zeus en trono, su rayo es extraño,
y Afrodita, en su amor, destila.
Las ninfas danzan en fuente sencilla,
Eco llama, su voz es un engaño,
y Apolo, con su lira en la mano,
canta al sol que su gloria destila.
Hércules lucha con fiera bravura,
su fuerza es leyenda, su vida un mito,
en cada hazaña se forja su altura.
Oh, Grecia eterna, tu voz no ha marchito,
en versos dorados, la paz se apura,
en cada relato, el tiempo es bendito.