“Esa pared que nos separa,
nos hace sufrir y llorar,”
canta la voz que al amar,
hace del alma su cara.
Por el camino del canto,
Leo, trovador genuino,
pintaste el amor divino
que hoy vive en el mismo encanto.
Tus notas, como un quebranto,
al corazón siempre ampara;
y aunque la vida separa,
tu música nos abraza,
porque la esencia que enlaza
esa pared que nos separa.
Tus canciones nos enseñan
que el amor siempre es valiente,
que es eterno si se siente
y en su pureza se empeñan.
En el viento se despeñan
esas lágrimas al soñar,
y aunque el tiempo quiera amar,
la nostalgia no perdona;
tu voz de oro nos entona:
“nos hace sufrir y llorar.”
El campo, el cielo, el pasado,
todo vibra en tu canción.
Eres más que inspiración,
eres luz en lo callado.
Por tu canto acompañados,
no hay tristeza que nos pare.
Leo Dan, tú nos preparas
a vivir en esperanza;
tu melodía es la lanza
canta la voz que al amar.
En tu arte hay un camino
que a la vida da sentido,
y en cada verso escondido
vive un amor peregrino.
Eres un canto divino,
como un río que no para.
En el alma queda clara
tu herencia dulce y sincera:
Leo Dan, voz verdadera,
hace del alma su cara.