Entre azaleas y peonzas, el alba
despierta con su luz mi fantasía.
El rocío se posa en la hierba calma,
mientras la brisa susurra melodía.
Los pájaros entonan dulce canto,
saludando al sol que ya despunta.
El arroyo murmura sin quebranto,
y la naturaleza se pregunta.
Las mariposas danzan en el prado,
sus alas como pétalos al viento.
El pastor guía su rebaño amado,
llenando el aire de suave lamento.
Entre azaleas y peonzas, mi verso
florece como un jardín diverso.