En la dicha, un poso de tristeza hallé,
Latido de ausencia entre sonrisas encontré.
Ríe mi boca, pero llora mi sentir,
En la copa de miel un filtro de amargor sentí.
El júbilo esconde un susurro de duelo,
Un lamento ahogado en el eco del consuelo.
¿Cómo puede el alma cantar en armonía,
Cuando el recuerdo suspira su nostalgia umbría?
En el cenit del gozo, un tenue dolor surge,
Como sombra inquietante que mi alegría urge.
Tristeza y alegría, un juego cruel,
En el que la dicha se vuelve amargo anhelo infiel.