Es un faro en la niebla la bondad de tu alma,
un susurro de estrellas que reposa en la calma.
Entre sombras que abruman, es tu luz la que queda,
y en el frío del mundo, permanece tu alma.
Cuando el tiempo se quiebra como un eco distante,
y el dolor nos acosa con su espina constante,
tu virtud se levanta como fuego que abraza,
y en el ciclo del tiempo, permanece tu alma.
Es un río sereno que no busca su orilla,
un rocío celeste que en la flor deja vida.
Su pureza inmortal no se apaga en la bruma:
cuando todo perece, permanece tu alma.