El viento juega risas en la tarde,
danza en la copa verde de los árboles,
el cielo en luces pinta sus destellos,
y el aire suave canta sin que acabe.
Los pasos que danzamos sobre el día
dibujan melodías en la senda,
el sol se cuela, cálido y risueño,
mientras la vida vibra en cada instante.
Un verso suelto vuela entre las manos,
libre, brillante, alegre como un río;
la risa, hecha de viento y de silencio,
se escapa en mariposas por el aire.
La brisa besa el rostro con dulzura,
la luz dorada baña nuestros sueños,
y en cada flor se esconde un verso nuevo,
fluyendo entre las hojas de este canto.