Famosos del Tango y sus Excentricidades
Al compás del dos por cuatro,
en la pista brillan y saltan,
famosos del tango en escena,
con historias que no se cuentan.
Don Carlos Gardel, el morocho,
con su peinado, siempre bien hecho,
decía que nacía en Francia,
o en Tacuarembó, ¡qué ignorancia!
Cantaba a dos voces sin fin,
¿pero el origen? ¡Un desliz sin fin!
Por otro lado, Astor Piazzolla,
el genio raro, medio payaso,
que rompió el tango, casi al fracaso,
con su bandoneón y sus rarezas,
decían los viejos: “¡Es una vergüenza!”
“Esto no es tango, no es compadrito,
¡este es un tango de extraterrestres, un poquito!”
La Tita Merello, siempre tan fina,
con voz de trueno y mucha autoestima,
se quejaba del amor y la vida,
con un grito a la luna encendida:
“¡Los hombres son perros, mentirosos!”,
decía Tita, sin ceremonias ni reposo.
Y Pugliese, el pianista maestro,
en cada ensayo, siempre perfecto,
llevaba de todo en su maletín,
desde un peine hasta un tamborín.
Supersticioso como ninguno,
antes de un show, ni tocaba el desayuno.
Luego Troilo, querido “Pichuco”,
bandoneonista, hombre macanudo,
con tragos largos y noches sin fin,
en el café, su fiel confín.
Dicen que una vez, en pleno concierto,
se olvidó la letra, y cantó un invento.
En fin, estos tangueros famosos,
con sus manías, todos hermosos,
hacen del tango una fiesta curiosa,
un tanto absurda, pero grandiosa.
