Eres un viento errabundo,
una estrella sin fulgor,
un espejo moribundo
que no muestra su color.
Eres rayo sin estruendo,
un susurro sin razón,
como un eco sin su dueño
que se pierde en un rincón.
¡Oh, qué frágiles senderos
donde el alma se extravía!
Más valdrán pasos sinceros
que una falsa melodía,
pues los versos más certeros
nacen de la luz del día.
———
Eres viento desatado,
un relámpago en la noche,
un suspiro desbocado
sin razón que lo derroche.
Eres río desbordado
que se entrega al vaivén torpe,
un latido atormentado
sin compás ni quien lo acorte.
¡Ay, los sueños que se alejan
como sombras al albor!
Solo quedan y reflejan
lo que dicta el corazón:
mejor libre en lo que dejan
que prisionero en su error.