Oh, luz de mi alma, en sombras perdida,
te llamo en la brisa, en la luna dormida.
Tu risa era un canto, un dulce susurro,
un eco en el viento, un sueño en mi murmullo.
Si el tiempo nos roba caricias doradas,
si el alba despierta en calles calladas,
mi amor no se apaga, mi amor no se muere,
es río que en cielo su cauce prefiere.
Eterna serás en mi pecho herido,
estrella encendida, latido encendido.
No hay muerte en el alma que amó sin medida,
te llevo en mi canto, te llevo en mi vida.
Oh, luz de mi alma, en sombras perdida,
eterna en mi pecho...
eterna en mi vida...