El viento azota las velas, tensas, cual músculos de un animal marino. La Balandra, valiente, se adentra… cortando las olas con furia divina… Cada embestida del mar es un rugid…
En el aliento frío de diciembre, donde las ramas desnudas dibujan costuras en el cielo, se escucha el susurro de un tiempo… La niebla abraza el bosque
Tus sueños, querida musa, son mi m… Deseo cuidarlos con devoción y pro… Seré el viento bajo tus alas, impu… Tu confianza y tu fuerza mi mayor… En mí encontrarás un refugio segur…
Si juglar de gesta fuera, contaría una lid ardiente, donde flechas y ballestas enzarzaran fiera corriente. Cetreros con ojos de águila,
Desde los páramos salvajes de Yorkshire hasta los rincones más íntimos de la mente humana, un puente invisible se tiende entre dos almas creativas separadas por el tiempo y la distancia...
La autoridad moral, se gana con el ejemplo, es un faro, es un templo, de conducta natural. No se impone por ser tal,
La nieve cae suavemente, como una manta blanca que cubre la… bosques de abedules quietos, reflejan el cielo gris y sombrío. Los lagos congelados esperan,
¡Avecilla cantora, suelta las alas y vuela, que el viento ya te implora y el cielo te desvela! Cántale con la aurora,
Hueles a prado recién nacido, a hierba que canta bajo el rocío, a pétalos suaves de flores silvest… que el viento recoge con mimo senc… Tu aroma despierta la brisa dormid…
El viento trae consigo un nombre q… un eco que en la piedra dejó su re… El campo lo recibe como un viejo t… y en su llanura canta la sombra de… Los álamos recuerdan su luz en la…
Borrar el pasado, un anhelo vano, Como borrar las estrellas del ciel… Los recuerdos se aferran, un dolor… Como un tatuaje en la piel, grabad… Las lágrimas de ayer, aún empañan…
Ya no hay fuerza en las horas, el viento dobla las esquinas sin r… y la lluvia cae, pero no limpia, solo empaña las miradas perdidas. Las estrellas se esconden tras un…
El corazón, un tambor que callaba, vuelve a latir con fuerza y sin pa… El aire invade mis pulmones, un bálsamo que me hace despertar. La vida, un río que se había secad…
Matilde había heredado de su madre un viejo teléfono de disco, de esos que ya nadie usa. Era negro, pesado, y cada número giraba con un chasquido seco, como si arrastrara consigo los ec...
¿Acaso me traes flores, ofrendas de tu cariño? En cada pétalo, un susurro, en cada color, un destino. Si el sol brilla en tu mirada,